miércoles, 27 de octubre de 2010

Noemí y yo (Parte II)

Orfá y yo rompimos a llorar de nuevo; Orfá besó a su suegra y se volvió a su pueblo, mas yo me quedé con ella. Entonces Noemí me dijo: ‘’Mira, tu cuñada se ha vuelto al pueblo y a su dios, vuélvete tú también con ella’’. Pero yo respondí: ‘No insistas en que te abandone y me separe de ti, porque
Adonde tú vayas, iré yo,
Dónde tú vivas, viviré yo.
Tu pueblo será mi pueblo
Y tu Dios será mi Dios.
Donde tú mueras moriré
Y allí seré enterrada.
Que Yahvé me dé este mal
Y añada este otro todavía
Si no es tan sólo la muerte
Lo que nos ha de separar.’’
Caminamos pues, las dos juntas hasta Belén. Cuando llegamos, la presencia de Noemí creó una gran excitación para toda la ciudad. Las mujeres exclamaban: ‘Pero ¿no es esa Noemí?’ Mas ella respondía: ‘¡No me llaméis Noemí!Llamadmé Mará, porque Sadday me ha llenado de amargura.
Colmada partí yo
Vacía me devuelve Yahvé.
¿Por qué me llamáis aún Noemí,
Cuando Yahvé da testimonio contra mí
Y Sadday me ha hecho desdichada?’
Así fue como regresó Noemí conmigo, la moabita. Llegamos a Belén al comienzo de la siega de la cebada.

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