martes, 26 de octubre de 2010

Noemí y yo (Parte I)

En los días en que gobernaban los Jueces, hubo hambre en el país, y un hombre de Belén de Judá, se fue a los Campos de Moab con su mujer y sus dos hijos; El hombre se llamaba Elimélec, el cual murió. Su mujer, Noemí y sus dos hijos, Majlón y Quilión, los cuales se casaron con mujeres moabitas, una de ellas se llamaba Orfá y la otra era yo, Rut. Vivimos allí unos diez años. Después, murieron los dos, Majlón y Quilión; quedando sola Noemí. Ella, decidió regresar de los campos de Moab con Orfá y conmigo, ya que oyó en los campos de Moab que Yahvé había visitado a su pueblo y les daba pan. Salimos pues, para llegar hasta Judá.

Noemí nos dijo a mí y a Orfá: ''Andad, volveos cada una a cas de vuestra madre. Que Yahvé tenga piedad con vosotras como vosotras la habéis tenido conmigo. Que Yahvé os conceda encontrar vida apacible en la casa de un nuevo marido.'' Y nos besó. Pero nosotras rompimos a llorar, y le dijimos: ‘No volveremos contigo a tu pueblo'', ella respondió: ''Volveos hijas mías, ¿por qué vais a venir conmigo?¿Acaso tengo yo aún hijos en mi seno que puedan llegar a ser vuestros maridos?  hijas mías, andad, porque yo soy demasiado vieja para casarme otra vez. Y aun cuando dijera que no he perdido esperanza, que esta misma noche voy a tener un marido y que tendré hijos, ¿habríais vosotras de esperar hasta que fueran mayores?¿dejaríais por eso de casaros? No, hijas mías. Siento gran pena por vosotras, porque la mano de Yahvé ha caído sobre mí’’

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